¿Cómo vamos con el periodismo en El Alto?

El Alto es una ciudad multifacética y como tal brinda un mar de enfoques y abordajes para el trabajo periodístico. Sin embargo, ante este amplio panorama muchas veces los y las periodistas no siempre saben aprovechar las posibilidades de investigación que ofrece la ciudad más joven de Bolivia.

Este y muchos otros aspectos no fueron ajenos para las reporteras populares de Radio Atipiri de El Alto y estudiantes universitarios, quienes asistieron al último diálogo radial del 2017 de la Red “Aruskipawi” que fue desarrollado el pasado sábado en la Universidad Pública de El Alto (UPEA) y que contó con la participación de las directoras de distintas radioemisoras alteñas y provinciales del altiplano paceño y el apoyo de la Fundación UNIR.

Considerada como la segunda urbe con mayor población en el país —848.452 habitantes según el Censo de 2012—, El Alto se abre camino a agigantados pasos, generando hechos y fenómenos sociales que han repercutido en cambios a nivel nacional. Ello hace que sea un espacio propicio para que el periodismo asuma el reto de intentar comprender la realidad de una ciudad compleja y que cuenta con una población mayoritariamente aymara.

Entonces surge la interrogante ¿Cómo se desarrolla el trabajo periodístico en este contexto?

https://www.youtube.com/watch?v=HobN4YAOJrc

Ayma: “Hay ciertas limitaciones en el periodismo alteño”

“El Alto nos da una oportunidad y el reto de ser creativos y creativas porque se generan montones de posibilidades de generar noticias. Esta ciudad alberga a una sociedad muy interesante que desde la investigación y el periodismo nos acercaría a poder contar a la sociedad cuál es nuestro oficio, pero a partir de la creación”, manifestó la directora de radio Atipiri, Tania Ayma.

Según la comunicadora, la carencia de conciencia crítica y la falta de investigación generan una limitación para los periodistas alteños que sólo enfocan su mirada a la cobertura de temas coyunturales, de modo que se desconectan de la realidad de El Alto. A ello se suma, según Ayma, el compromiso con el oficio, la constante preparación y la voluntad de ser mejores personas.

“Voy a hablar de la experiencia de las mujeres. El Alto es una ciudad machista, discriminadora y muchas veces racista contra las comunicadoras aymaras. Cuando decimos que el comunicador debe ser buena persona no significa que sea buenito sino que tenga una conexión con la realidad, con las ganas de aprender. Creo que es un compromiso de por vida”, agregó.

Jalja: “Los medios actuales solo se centran en el negocio y la crónica roja”

“Los medios de comunicación son más comerciales y cuentan con más contenido de crónica roja. Algunos otros medios radiales solo brindan compañía musical y de marketing. Eso es algo que tenemos que analizar en este contexto”, refirió la directora de radio Copacabana, Rosa Jalja.

La radialista no dudó en cuestionar el rol de los medios de comunicación y de las organizaciones sociales. Observó que el debate político había dejado las agendas mediáticas.

Ya no hay debate político. Este se ha perdido. Los movimientos sociales han sido absorbidos por el gobierno, no hay discursos reivindicativos o cuestionamientos. Ahora está sometido al Gobierno. Hay una dificultad para el debate”, agregó.

Asimismo, Jalja aprovechó la oportunidad para felicitar el valor y la fortaleza de las reporteras populares de Radio Atipiri, quienes continuamente complementan su capacitación con el apoyo del Centro de Educación y Comunicación para Comunidades y Pueblos Indígenas (CECOPI).

Canaviri: “Formamos a la sociedad con un periodismo amarillista”

En esa misma línea, la directora de radio Wiñay Jatha, Alicia Canaviri, compartió la experiencia de la emisora que regenta en la provincia Pacajes de La Paz. Si bien reconoció que la labor del medio no estaba centrado en el género informativo —debido a que esta radio se mantuvo en la revalorización de la cultura aymara—, la radialista tampoco dubitó en lanzar algunas observaciones al trabajo de los medios de comunicación.

“El trabajo del periodista es construir una sociedad justa y equitativa donde no haya discriminación o diferencias sociales. En la actualidad vemos que los periodistas nos hemos mal acostumbrado al hacer un periodismo sensacionalista y formamos a la población en ese marco”, indicó.

Canaviri lamentó que este tipo de contenidos generen un perjuicio en la sociedad y sean los medios de comunicación los que posibiliten su difusión, siendo que estos están llamados a realizar otro tipo de servicio.

“Debiéramos tomar temáticas mucho más sociales y proyectar el periodismo hacia la construcción de una sociedad en el marco de una identidad cultural existente en El Alto”, añadió.

Yujra: “Los temas económicos también afectan a la prensa de El Alto”

El evento también contó con la presencia de Lucas Yujra, dirigente de la Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa de El Alto (FTPEA), quien enfatizó la situación en la que se encuentra el trabajador de la prensa en El Alto.

“Tenemos nuestra propia mirada. Nuestro sector ha sido afectado con el 21060 porque gente que contaba con todos los títulos optó por alquilar espacios radiofónicos o televisivos, o abrir un periódico por cuenta propia. Actualmente no es que no nos afecte esos temas. Nosotros queremos tener mejores condiciones económicas para ofrecer a nuestras familia mejor salud, alimento y vivienda”, señaló.

Asimismo, el ejecutivo de la FTPEA resaltó que para trabajar en este ámbito se debe contar con una pasión desbordante por el periodismo y ser conscientes de que están llamados a ser los intermediarios del pueblo y el Gobierno.

“Ese es el rol que nos toca jugar, pero a veces solo damos la noticia de la autoridad de turno. Nos olvidamos del testimonio que tiene que dar el afectado. Esa es otra cosa que nos está faltando”, dijo.

La importancia de conocer al pueblo y sus necesidades

En una segunda intervención la directora de Radio Atipiri resaltó un tema importante respecto a cómo ven los medios a las audiencia en El Alto. Es decir, si el contenido que transmiten se adecua a las necesidades o preferencias del pueblo alteño.

“Yo plantearía la siguiente pregunta ¿cuántos de los medios de comunicación les estamos hablando en los mismos códigos a la audiencia? Me pongo a pensar en la ciudad de El Alto que es una urbe de idioma bilingüe, aymara-castellano. La mayoría de las hijas de los aymaras no hablamos o no practicamos esta lengua, solo entendemos. Las radios deberían hablarnos en ambos idiomas”, indicó.

Ayma centró su explicación en los modos en que las mujeres alteñas de origen aymara expresan su oralidad y cómo el diálogo forma parte fundamental de este proceso.

“Tenemos que pensar en radios bilingües y dejar de lado los lenguajes técnicos en el que quizá nos enfocamos por leer textos en español. La gente va a escuchar a las radios con las que se identifica, donde uno se sienta escuchado y se sienta parte”, refirió.

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