Mujeres alteñas promoverán el buen trato

Marcha del 5 de agosto organizada por las mujeres que promueven el buen trato

El Alto, ago 20, 2009.- Son 15 mujeres, entre líderes y promotoras, quienes se acercarán a los barrios para difundir los derechos de las personas, en especial a recibir un trato digno del ser humano.

Cultura del buen trato es el objetivo de 15 mujeres que en un par de semanas comenzarán a trabajar en la ciudad de El Alto para reducir los niveles de violencia en los hogares.

Ellas tienen la labor de llegar a los barrios de los distritos 2, 3 y 4 para dar cursos de actividades manuales, como repostería, pintura en tela, macramé y otras, con la finalidad de acercarse y ganar confianza con las vecinas.

Luego de lograr familiarizarse con ellas, las promotoras buscarán ayudarlas a identificar la violencia que viven dentro de sus hogares.

“Mujeres líderes y promotoras del buen trato” es un programa impulsado por el Consorcio Italiano, dentro del proyecto de fortalecimiento a las defensorías, que busca ayudar a esas organizaciones en la detección, registro, defensa y recuperación de los derechos de niños, adolescentes, mujeres, ancianos y población vulnerable ante el abuso.

Las estadísticas de la violencia en esa urbe son preocupantes, afirmó la responsable de la Unidad de Protección a la Niñez de la Defensoría Municipal alteña, Mirka Jiménez Mansilla. El primer semestre de 2006, año en que el proyecto se puso en marcha, hubo alrededor de 6.000 denuncias registradas. Este año en ese mismo periodo ya se cuentan 11.000 casos de maltrato.

El coordinador del Consorcio, Leonardo Blanco, especifica que el diagnóstico hecho previamente en el inicio del programa halló que en los tres distritos focalizados, ocho de cada diez niños eran maltratados. “El programa quiere reducir esas cifras”.

Manos a la obra

Los cursillos de manualidades serán el señuelo para que las líderes y promotoras se acerquen a las posibles víctimas de abuso.

Blanco explicó que “los cursos conformados sólo por mujeres son un gancho para que las líderes —quienes enseñarán las actividades— logren un ambiente relajado y de confianza en que todas conversen, así conseguirán información sobre el estado de su hogar”.

Las líderes y promotoras llegarán a los barrios mediante el contacto con las juntas de vecinos, de padres de familia o de clubes de madres. Se estima formar grupos de 15 alumnas en las clases semanales, que serán complementadas con actividades que refuercen la defensa de los derechos contra el maltrato, como exposiciones de sus trabajos manuales en ferias barriales.

La particularidad es que en esas sesiones las líderes darán información sobre las normas que sancionan el abuso, las instituciones que existen para denunciar y los derechos de respeto y buen trato que tienen y que deben primar en su entorno.

“Se les habla de sus derechos, a contar con su familia, a ser bien considerada, pero también a denunciar para que se inicie un proceso en que ellas tomen conciencia”.

Jiménez aclaró que las charlas a cargo de las líderes se basan en el mensaje de que la violencia no es el camino. “A nadie le gusta vivir en hostilidad, ni a víctimas ni a victimadores”.

Blanco explicó que, luego de identificar los casos, entrará en acción la promotora. “Ellas orientan, dan información más precisa según el tipo de abuso, las impulsan a no tener miedo y a denunciar al agresor. Pero hay casos en que ya no pueden intervenir, pues no pueden obligarlas”.

En los casos de reincidencia o de silencio ante el abuso, aseveró que éstos requieren la intervención de profesionales, ya sea en el área legal o de terapeutas que ayuden a encarar esa experiencia. “La labor de líderes y promotoras es orientar a las víctimas y acercarlas a las defensorías para que reciban ayuda institucional y de profesionales”.

La funcionaria de la Defensoría informó que la puesta en marcha de los cursos aún está en planificación, al igual que otras actividades del programa de mujeres. Aunque las integrantes participan en las actividades del Consorcio hace años, el grupo fue visibilizado el 5 de agosto, cuando se organizó una marcha en contra del abuso de todo tipo y elevar su voto por el buen trato.

El contexto del abuso

Desde las condiciones precarias de vida hasta el consumo de alcohol son detonantes de la violencia. La psicóloga de Defensorías Ana María Castro explicó que ninguna acción tendrá frutos si no se atacan esos puntos transversales.

La funcionaria de Protección a la Niñez aclaró que en los cursos también se tocarán asuntos como el impacto de las bebidas y las drogas, educación para la sexualidad y valores de la familia.

“Por ejemplo, también se hará el trabajo con sindicatos de choferes, ya que el agresor más común es el hombre”.

Cada una de las actividades serán reforzadas con información y recomendaciones otorgadas en cartillas y trípticos para las alumnas de los cursos de manualidades y para los asistentes a las charlas y capacitaciones.

Tres programas de prevención para adolescentes, profesores y féminas

Toda la comunidad debe ser militante y partícipe de la lucha contra todas las formas de violencia. Ésa es la raíz del Proyecto de Fortalecimiento a las Defensorías del Consorcio Italiano que está en marcha en la ciudad de El Alto desde hace tres años y que tiene tres programas: la Asociación de Adolescentes Trabajadores, el Grupo de Apoyo de Docentes y las Mujeres Líderes y Promotoras, inmersos en el programa de Cultura del Buen Trato. Desde escenarios diferentes, los jóvenes y los adultos deben ayudar en la difusión de las acciones para una convivencia armoniosa y para la prevención de la violencia.

El coordinador del Consorcio, Leonardo Blanco, explicó que el trabajo comenzó hace tres años con la atención y seguimiento de casos en las defensorías de la urbe alteña. Pero fue el grupo de jóvenes el que promovió la difusión de la defensa de los derechos, en principio, de los niños y adolescentes. El mensaje se extiende hoy a la familia.

Luego de ser capacitados en seminarios dictados por la entidad, ellos hacían campañas informativas, participaban en ferias y daban charlas de réplica, es decir, hacían conocer a sus pares lo que habían aprendido, lo que es fácil por tratarse de grupos etarios con los mismos intereses, en los mismos escenarios y hasta con igual lenguaje.

Las exposiciones enseñan los derechos de acuerdo con el Código Niño, Niña y Adolescente, como una medida que también busca fortalecer el trabajo de las defensorías, que son las instancias encargadas por ley en prevenir, dar difusión y atención de casos.

Esa misma temática era desplegada por el grupo de docentes, que debía lograr el interés de niños de los niveles inicial y primaria. Blanco destaca que actualmente trabajan en 32 unidades educativas de los tres distritos. “En ese programa se hace hincapié en la prevención para cambiar conductas de violencia desde la infancia”.

La psicóloga Ana María Castro aplaude esa iniciativa. “La violencia es una conducta que, al igual que el lenguaje o el conocimiento, se asume desde la primera infancia. Lo que el niño vea en la casa asumirá como lo socialmente aceptado. Si su padre pega a su mamá, estará convencido de que no es negativo”. Por eso destaca que el reto verdadero de las acciones del Consorcio, como de todas las entidades que promueven la lucha contra el abuso, es la prevención.

El coordinador de la entidad aclara que las instituciones municipales registran, sobre todo, los casos denunciados por abuso, pues los integrantes de los tres programas del Consorcio no tienen esa competencia. La entidad se focaliza en plantear acciones que sensibilicen a la comunidad con el mensaje de la prevención. “Denunciar la violencia y registrar el caso es indicado, pero lo ideal es lograr que cada vez haya menos casos de violencia que denunciar”.

Detectar y ayudar

“Mujeres promotoras y líderes por el Buen Trato”comenzará a trabajar en los distritos 2, 3 y 4 de la ciudad de El Alto, donde se registran las mayores estadísticas de violencia de todo tipo.

Las líderes son siete y están encargadas de dictar cursos de variada índole: macramé, repostería, pintura en tela, cocina, que serán gratuitos. El objetivo es lograr el acercamiento suficiente para que se advierta quiénes sufren violencia de cualquier tipo —sexual, física o psicológica— en cualquier escenario, ya sea el hogar, la fuente laboral o el colegio.

Las promotoras son ocho y actuarán al ser informadas de los casos detectados, darán consejería sobre el derecho a ser respetadas y de no aguantar abusos de ningún tipo, además de la obligación de denunciarlos. Proporcionarán información sobre las defensorías, instituciones a las que deben acudir en casos de maltrato, qué casos se pueden denunciar y qué hacer si hay reincidencia.

Las 15 personas trabajan voluntariamente y sólo reciben viáticos de su transporte para llegar a los barrios de los tres distritos, donde deben dar una clase semanal.

Este aporte de acercamiento a las defensorías también busca levantar un registro de casos de violencia que se mantienen subterráneos.

“La Olla del Buen Trato” se efectúa desde el año pasado: una olla común en la que las señoras acceden a un plato de comida con el compromiso de promover la convivencia sin violencia.

Se dará charlas a varones de los sindicatos de choferes del transporte público alteño. (La Prensa)

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