La cultura política en la ciudad de El Alto

Abdón Zárate (*)

1. Historia de la constitución de la ciudad de El Alto

Los inicios de la ciudad alteña hay que rastrearla desde los años 40’s, pues la misma se inicio como una de las laderas de la ciudad de La Paz. En principió este territorio era propiedad de unos cuantos hacendados. Nombres como Julio Tellez, Jorge Rodríguez Balanza, Adrián Castillo Nava, Raúl Jordan Velasco, Francisco Loza y la familia Zalles figuraban como propietarios de estas zonas (Sandoval & Sostres, 1989). Estas haciendas compartían espacio con empresas, instituciones y ayllus.

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Desde 1952, las primeras 7 villas de El Alto (Villa Dolores, Alto Lima, 16 de Julio, Los Andes, 12 de Octubre, Villa Bolivar y Villa Tejada) deciden constituirse en centros urbanizados, para lo cual realizan los procesos administrativos pertinentes. La organización inicial para la lucha social se rastrea desde 1957, con el “Consejo Central de Vecinos” como órgano matriz de las Juntas Vecinales. Esa instancia se dedica a la defensa de los intereses de la población, así como buscar detentar su representación social, la gestión de obras de infraestructura básica para los 50 mil vecinos habitantes de esta región (Fernández, 2015). Con posterioridad, la organización vecinal se especificará como Sub-Federación de Juntas Vecinales de El Alto de La Paz, 1966. Desde esta institución se buscará la autonomía política, administrativa y económica. Será el dirigente Juan Cruz Mamani, dirigente vecinal, quien presentará la propuesta de urbanización, para lograr la construcción de una ciudad propia. La Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) nace en 1979, para consolidar estas aspiraciones.

Ya en 1983 se inicia con los encuentros con las instancia estatales. Posteriormente, en 1984 se constituye Frente de Unidad y Renovación Independiente de El Alto (FURIA), compuesto por ex-dirigentes, quienes lucharán, junto a la FEJUVE, para que en 1985 se creara la Cuarta Sección de la Provincia Murillo con su capital la Ciudad de El Alto (Sandoval y Sostres, 1989).

Es gracias a la lucha vecinal que será reconocida como la Cuarta Sección de la Provincia Murillo, mediante Ley Nº 728 de 6 de marzo de 1985, por el Congreso Nacional. “Artículo Primero.- Créase la Cuarta Sección Municipal de la provincia Murillo con su capital El Alto de La Paz, del Departamento de La Paz” firmado por el presidente de Senado Julio Garret Ayllón en el gobierno de Hernán Siles Suazo. Aunque es posteriormente, con la Ley 1014 de 26 de septiembre de 1988 cuando este territorio será elevado a rango de Ciudad de El Alto. Muchos migrantes de las provincias como Omasuyos, Pacajes e Ingavi se asentarán en estos parajes como espacio efectivo para habitar, cargados de su cultura indígena desde los ayllus; por otro lado, la llegada de mineros por la relocalización, producto del 21060, de ciudades como Potosí y Oruro completarán este poblamiento, incorporando la experiencia sindical; finalmente, subirán muchos habitantes de la hoyada para evitar el hacinamiento, trasladando sus costumbres citadinas.

Desde 1996 se ha organizado geográficamente mediante la distritación, teniendo en la
actualidad una composición de 14 Distritos, de los cuales 10 son urbanos (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 12 y 14), mientras que 4 son rurales (9, 10, 11 y 13). Esta composición ha permitido diversificar el desempeño laboral de los alteños: agricultura, ganadería, comerció, transporte, profesores, entre otros. Finalmente, las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que, el Alto tendría una población de 933.053 actualmente, con personas que han nacido aquí en un 78,34 %, descendientes de migrantes. Sobre los idiomas, los vecinos alteños tienen como una característica de comunicación al bilinguísmo castellano-aymara, elemento que matiza la cultura política.

2. Partidos políticos en el municipio alteño

El gobierno local ha estado marcado por una constante inestabilidad, ya que en los 34 años de vida, tuvo hasta ahora 22 alcaldes, entre designados, transitorios y electos en urna. Lo llamativo de esta cantidad de alcaldes es la presencia multicolor de los burgomaestres, pues entre los más sobresalientes podría nombrarse al primer alcalde Juan Polo Maguiña de ADN, y entre los más recientes, Luis Vásquez Villamor del MIR, Miguel Aramayo Esquivel de UCS, Flavio Clavijo Jemio de CONDEPA, José Luis Paredes de PP, Edgar Patana del MAS y Soledad Chapetón de UN. Hay una aceptación a diversas corrientes políticas desde una perspectiva pragmática, no importando la distinción de ideologías de los munícipes.

“El Alto tuvo 22 alcaldes, de los cuales 3 fueron alteños: 3 orureños; 3 potosinos, 1 tarijeño; 1 cochabambino, pero los que más gobernaron la ciudad fueron 11 paceños que subieron a administrar el municipio después se fueron” (El Alteño, 06/03/2017). Tenemos que, solamente Simón Mamani, Zacarías Maquera y Soledad Chapetón son originarios de esta ciudad, aunque los dos primeros fueron posesionados transitoriamente por sucesión a sus titulares, siendo Chapetón la única alcaldesa alteña elegida por el pueblo.

3. Elementos de la cultura política alteña

Los patrones de comportamiento colectivo en el ámbito político, que hacen a un sistema político singular en la ciudad de El Alto, tienen ciertas peculiaridades matizados por su misma constitución histórica:

Cultura andina.- El Alto es una ciudad andina que refleja la síntesis de la cultura aymara con la cultura occidental, resume el sincretismo cultural, que influyen en la construcción de su identidad política. Elementos como el uso de la lengua aymara en asambleas, el sistema ético del ayni practicado en las fiestas, la ritualidad del apthapi en diversos actos sociales, la diplomacia a través de akhulliku en diversos encuentros, la participación comunitaria de la fiesta zonal como preste, entre otros. Son elementos que constituyen la práctica cultural de los alteños, quienes cotidianamente traspasan la frontera de lo urbano con lo rural. Este sincretismo se encuentra en el lenguaje político, como compadre, alcalde ratuki o warmi alcaldesa.

Corporativismo político.- Las instituciones corporativas son “bisagras” en la relación que se establece entre ciudadanos individuales y el Estado. “El Alto es una ciudad altamente organizada, algo que ha sido crucial en cómo ha hecho su entrada a la vida política nacional e internacional” (Lazar, 2013, p. 61). Estas instituciones corporativas son FEJUVE, COR, Gremiales, FEDEPAF, etc., que siempre se enfocan en reclamar los derechos de sus miembros frente al gobierno, la gobernación o el municipio. Existen diversos niveles de organización, desde lo micro hasta la ciudad en general.

Poder vecinal.- El apego de la gente a su zona es un aspecto crucial de la relación que establece con el Estado, es el espacio de construcción de su ciudadanía. Los vecinos empoderan a sus representantes delegándoles un poder que surge de las bases, en las asambleas vecinales. Las asambleas son centros de poder, son espacios de deliberación y decisión sobre los rumbos de un barrio o ciudad. Es una forma de la manifestación de la democracia popular vigente en esta ciudad.

Informalidad política.- Refleja la falta de apego a las instituciones como los partidos políticos para la acción política de los vecinos. Los verdaderos nexos están mediados por organizaciones sociales con las que los vecinos se identifican, pues tienen mayor legitimidad. Organizaciones de base como la FEJUVE, COR, FES, Gremiales son instancias de representación directa para los habitantes de la ciudad. El ausentismo en las primarias de los partidos políticos, en enero de esta gestión, es una muestra.

Rebelión callejera.- En la ciudad de El Alto, las reivindicaciones políticas están previamente sustentadas en las necesidades insatisfechas, la exclusión de las decisiones políticas y la pobreza económica como germinadores de las movilizaciones de los alteños. Varios de las necesidades de sus habitantes fueron canalizados por la lucha en las calles. La protesta, la marcha, el bloqueo son una carta de presentación ante entidades gubernamentales. La calle se vuelve en un espacio político de lucha.

Heroísmo político.- En momentos cruciales han sabido afrontar realidades sociales adversas para ponerse al frente de la violencia política ejercida desde el estado, donde la ofrenda de vidas ha sido una constante. Algunos hechos históricos pueden permitirnos ejemplificar esta aseveración. Por un lado, la Guerra del Gas de octubre en 2003, donde más de 60 personas ofrendaron sus vidas para lograr la posterior nacionalización de los hidrocarburos. Otro hecho histórico, es la confrontación entre el Municipio y los Padres de Familia, quienes solicitaban la realización de obras para sus centros educativos, culminando con 7 fallecidos, en febrero de 2016. Finalmente, la lucha por el presupuesto universitario, de la UPEA que tuvo un fallecido, en mayo de 2018.

Pragmatismo obrista.- Cualquier servidor público que ingrese en el municipio debe ser
consciente que la ciudad de El Alto, al constituirse en una nueva ciudad en franco crecimiento, necesariamente requerirá de obras de gran embergadura, que los políticos y vecinos saben; y puede constituirse en un factor de acuerdo o rebelión callejera. La eficiencia en la realización de obras para las diversas zonas puede ser un factor de la construcción de paz social en esta ciudad.

En resumen, en esta ciudad andina, los vecinos se movilizan corporativamente a modo de un sujeto político colectivo, donde los individuos se realizan como actores políticos dentro de las organizaciones sociales, centralizando el poder en las asambleas, que sobrepasan la formalidad política, para revelarse en las calles con acciones políticas concretas. La colectividad se constituye en el centro del poder, cuya fuerza permite establecer relaciones con otras instituciones como el gobierno, el municipio u otras organizaciones. Existe una cultura política vecinal que desencadena en una forma específica de democracia: la democracia popular, como una síntesis de la democracia representativa y la democracia comunitaria. Finalmente no debe olvidarse la incidencia de las Redes Sociales que está modificando la cultura política en general, tema que debe ser estudiado particularmente.

BIBLIOGRAFÍA

ARBONA, Juan (2002). Ver y hacer política en la ciudad de El Alto. La Paz: PNUD.
FERNÁNDEZ, Johnny (2015). Así nació El Alto. El Alto: Focapaci.
FERNÁNDEZ, Johnny (2017, 5 de marzo). La ciudad que vence al tiempo. El Compadre, p.2, El Alto.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (2012) Fichas resumen Censo de Población y Vivienda 2012.
Distritos de la ciudad de El Alto. La Paz: INE.
LAZAR, Sian (2013). El Alto, ciudad rebelde. La Paz: Plural editores.
SANDOVAL, Godofredo; Sostres, Fernanda (1989). La ciudad prometida. La Paz: ILDIS-SYSTEMA.
Periódico El Alteño

(*) Abdón Zárate es docente en la Universidad Pública de El Alto (UPEA) e integrante de la Sociedad de Escritores de El Alto (SODEAL.BO).

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