A la madre de Jonathan Quispe no le queda ánimo ni de comer

Claudina Vila, Madre de Jonathan. Foto: El Deber

Claudina Vila y Santiago Quispe, los padres de Jonathan, el estudiante de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) fallecido por el disparo de una canica admiten que están destruidos por lo ocurrido y que no descansarán hasta que se haga justicia no solamente con el autor material de la muerte del joven, sino a los que ordenaron que se le dispare.

Este medio pudo ubicar a la señora Claudina en su celular. “Seguimos muy mal, no podemos recuperarnos, nos acordamos de él todo el tiempo, no nos da ganas ni de comer, hacer nada, sólo dormir aseguró Los recuerdos no abandonan su mente ni un segundo, hay momentos en los que escucha un ruido y cree que su hijo entrará por la puerta, y luego se percata que eso ya no pasará y se desespera.

Jonathan estaba todo el tiempo con ella. “Me ayudaba a cocinar, siempre compartíamos, charlábamos hasta tarde”. Recuerda que la última conversación ocurrió justamente en la vispera de su muerte. “Me pidió que se lo cocine, porque tenía que bloquear y le había tocado el peaje. Preparé su comidita”, relató.

Al día siguiente salió temprano. “Se despidió, me prometió que iba a volver, le dije que se cuide”. Doña Claudina no puede borrar de su cabeza el “Chau mami” y la sonrisa con la que se fue. “En sus cosas estaba la comidita, me lo han matado antes, se han llevado un parte de mi, mi hijito”, exclamó en la charla.

Luego de la aparición del subteniente, quien supuestamente disparó a su hijo, se han generado nuevas inquietudes en ella. “Si él ha disparado, queremos saber quién lha ordenado, que aparezca y que vaya a la cárcel el autor intelectual, no descansaremos hasta que eso pase”, dijo.

Jonathan era deportista, “el mejor alumno, buen hijito y bien querido de la familia”, así lo define Claudina. Optó por estudiar comunicación, “porque a mi hijo le gustaba ser periodista,le encantaba el lenguaje, leía mucho”.

Salió bachiller del colegio Progreso, en El Alto. Era el segundo de cuatro hermanos. Su hermano mayor tiene 22 años, y dejó a dos hermanas, una de 17 años y la otra de 12.

Su afición y talento por el fútbol lo llevó, por ejemplo, a la selección de su colegio que participó en los Juegos Plurinacionales. “Además, en la provincia Omasuyos, todos los fines de año viajábamos para que él participe en un campeonato con sus amigos. Tenía su equipo. Ya no estará más”, afirmó y rompió en llanto.

Prefirió no hablar más, admitió que los medios de comunicación la incomodan mucho. “Hable con mi abogada por favor”, advierte al invitar al periodista a que se dirija a la jurista Paola Barriga. Pero reitera ante de irse: “Queremos justicia”.

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