¿Hasta cuándo nos gobernarán los incompetentes?

(*) Por Teófilo Choque

La respuesta es simple: Hasta cuando los electores lo permitamos y continuemos votando por ellos

El jueves pasado visitamos la unidad educativa Corazón de Sudamérica, la misma está ubicada a 150 metros sobre la carretera a Copacabana, en la zona Bautista Saavedra del distrito 14 de la ciudad de El Alto.

La unidad educativa no cuenta con una sola aula que cumpla con los requerimientos pedagógicos, todos los cuartos que sirven de aulas han sido construidos por los padres de familia, la mayoría son de adobe, el cuarto más pequeño es de 3×3 donde pasa clases el quinto de secundaria, algunos tienen pisos de tierra, otros con techo sin tumbado, baños únicamente de muros de ladrillo sin puerta y sin techo, no existe campo deportivo, solo existe dos vaciado de cemento que sirve de cancha, el patio es de tierra.

La unidad educativa ha sido fundada hace 10 años, pero su existencia data de más tiempo, la alcaldía de El Alto realizó el vaciado de algunas columnas y vigas pero los dejó abandonado, mientras los niños y jóvenes son víctimas de la ineptitud e incompetencia de las autoridades y funcionarios públicos.

Unidad Educativa Corazón de Sudamércia Foto: Teófilo Choque

La educación es competencia:

De acuerdo a la Constitución, artículo: 299, II, 2. La gestión del sistema de educación es una competencia que se ejerce de manera concurrente entre el nivel central del estado y las entidades territoriales autónomas.

Art. 298. II, 11. Es competencia privativa del gobierno nacional: Obras públicas de infraestructura de interés del nivel central del Estado.

Art. 302. 28. Es competencia exclusiva del gobierno municipal: Diseñar, construir, equipar y mantener la infraestructura y obras de interés público y bienes de dominio municipal, dentro de su jurisdicción territorial.

Conclusión:

La infraestructura educativa es competencia del gobierno central porque es de interés nacional y es de competencia municipal porque las escuelas son de propiedad municipal, por tanto, el estado lamentable en que se encuentra la infraestructura de la escuela Corazón de Sudamérica es responsabilidad de ambos niveles de gobierno.

Los estudiantes de la unidad educativa Corazón de Sudamérica son víctimas de la discriminación de la alcaldesa Soledad Chapetón que define a algunas unidades educativas como amigas y otras como enemigas, son víctimas de la incompetencia de Vladimir Ameller, secretario de Desarrollo Humano que no prioriza la educación, son víctimas de la ineptitud de Marco Vera director de educación que no puede concluir ni siquiera dos aulas.

Pero también son víctimas de la incapacidad de Roberto Aguilar ministro de educación que no conoce las necesidades de las unidades educativas, son víctimas del sectarismo de la diputada Clery Vargas que prioriza las obras en escuelas donde las juntas escolares apoyan al MAS y son víctimas de olvido del presidente Evo Morales.

Da bronca que esas autoridades después de recibir el voto de los padres de familia se olviden de sus necesidades, da bronca que los funcionarios públicos no cumplan con sus funciones, cuando son los vecinos y padres de familia quienes les paga sus sueldos, a través del pago de sus impuestos.

A esos funcionarios deberíamos sacarlos de sus puestos a “ch’utazos” por incompetentes, porque no sólo es negligencia de los funcionarios, es un atentado al derecho humano de educación de esos niños y jóvenes.

Los padres son también cómplices de la ineptitud de los funcionarios públicos, por no reclamar por el derecho a la educación de los niños, es tiempo de salir a las calles, incluso se justificaría una huelga de hambre, porque, hasta que haya un Buen Gobierno, la única manera de hacer respetar el derecho a la educación es reclamando, protestando por todos los medios.

Para terminar con los incompetentes en los gobiernos, en el futuro se debe elegir para los cargos públicos: gente honesta, capaz y trabajadora.

(*) Teófilo Choque es analista político

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