En El Alto, «el Gobierno central hace tarea paralela de obras para recuperar espacio político»

Desde el 2003 a la fecha, la población de El Alto fue la ciudad que llegó a definir diferentes resultados políticos, a los cuales respondió con madurez entre sus organizaciones representativas ante una coyuntura política. En los últimos 14 años desde que se lograra expulsar un gobierno hasta quitar el bastión municipal del partido de Gobierno, por no obtener resultados adecuados, la población alteña se convierte en la nueva “tumba de tiranos”, aseguró el analista Carlos Cordero.

Para Cordero, es la propia población que no sólo brinda el apoyo a nuevos líderes políticos, como es el caso de la actual alcaldesa Soledad Chapetón, sino que se convierte en el fiscalizador directo que se da cuenta de que esa gestión se desarrolla cuesta arriba, ante la serie de obstáculos económicos que definió el actual Gobierno nacional.

“Al momento, podemos ver que fue el propio Gobierno quien, en su ingreso a la administración de la cosa pública, fue quien hizo diferentes ofrecimientos, pero al no ganar este espacio político, es quien restringe y hace una tarea paralela de realizar obras en beneficio de esta urbe, con la única finalidad de recuperar su espacio político”, añadió.

La ciudad de El Alto, para Cordero se convierte en una cuna de nuevos liderazgos políticos, los cuales no solo son destinados a la administración local, sino también nacional, siempre y cuando cumplan con las expectativas comprometidas, caso contrario, aplican su voto castigo, siendo de esta manera un electorado volátil, donde no solo genera, sino define nuevos líderes políticos.

Siendo una población “vigilante y atenta a las políticas que se desarrollan, es por eso que premia o castiga de acuerdo a los resultados que genera una gestión, respondiendo a las necesidades básicas de la población”, reiteró.

Hasta el 2006, la ciudad de El Alto aún se mantenía como uno de los sectores donde se realizaban las constantes movilizaciones sociales, con destino a la sede de Gobierno exigiendo atenciones a sus necesidades básicas, hoy dicha característica no cambió, porque en cada demanda sectorial o política coyuntural la población de El Alto mantiene como accionar directo, las movilizaciones y protestas sociales.

La ciudad de El Alto en sus 34 años, con más de un millón de habitantes y una extensión territorial en proceso de ampliar ámbitos urbanos, aún mantiene latente sus demandas básicas, las cuales surgen como producto del desarrollo geográfico y poblacional.

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